Tenia una boca de esas que duelen, de las que hacen daño, de las de decir verdades. Una voz grave y profunda para ahuyentar los miedos y las vergüenzas de todos nosotros y para mostrarnos el camino de oído.
Se compro una mochila para conocernos y poco a poco nos fue conociendo y nos fue enseñando como ser mejores personas y mas divertidos y mas solidarios y otro millón de mases que no cabrían aquí.
Primero desde Aragón, luego desde España, y ahora otra vez desde el cielo de Aragón, este libertario empedernido se empeña en dejarnos sus palabras y sus ideas en forma de versos de colores y de notas musicales simples para que las podamos recordar.
Se llamaba Jose antonio Labordeta y era un MAESTRO con mayúsculas. Ojala hubiera tenido una mochila para caminar con él.
epch
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