viernes, 23 de diciembre de 2011

Hoy a amanecido sin viento. El mar es como un tranquilo estanque al que no le perturba las mínimas olas que llegan hasta su orilla, pequeñas y suaves. Sin ruido. No hay gritos de selva en los árboles ni coros de pájaros… nada! Es posible que el mundo halla acabado y ahora todo esta en su sitio.
El agua del mar no volverá a luchar por llegar a la tierra con rugidos feroces desde el fondo del mar. El cielo no se reinventara a si mismo con nubes y truenos. Parece que todo ocupa el lugar que le corresponde. Todo está donde debe estar. Nada tiene necesidad de cambiar. Los peces en el agua, los árboles en la tierra, las estrellas en el cielo… y yo en la isla.
Cuanto tiempo durara esto? Será así ya para siempre? Quizá esto era lo que debía de pasar, lo que tanto tiempo a llevado que ocurriera. Ahora todo esta en su lugar. Como si por fin la vida hubiera terminado de ordenar el tenderete de ilusiones en su baúl de viaje. Queda cerrarlo definitivamente para siempre  y dedicarse a otra tarea. Es posible que si dios existe esta sea su tarea: ordenar los mundos del universo hasta que todo este en su sitio. No me parece mal y un buen destino para el universo. Quien podía imaginarse que mi sitio era este?
Si es cierto lo que pienso nada va a suceder. Los días irán pasando monótonos hasta que muera y cuando lo haya hecho el ultimo de los habitantes de este planeta vagaremos errantes como un planeta fantasma, sin vida, por toda la eternidad. Quizá dios quisiera destruirlo y convertirlo en polvo, un polvo oscuro, denso e infinitamente pequeño: el futuro del universo.
No tengo hambre. Voy a ver la puesta de sol y despedirme de lo poco de conozco por si mañana no amanece. Después me iré a mi refugio-tumba. Si muero y no hay viento, quien cubrirá mi cadáver para siempre?

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