Woody Allen cumple hoy setenta y cinco años. Recuerdo las primeras películas que vi de él, “El dormilón”, “La ultima noche de Boris Krushenko” me causaron una impresión tan grande que decidí hacerme seguidor incondicional de su cine. Una época gloriosa que incluía “Manhattan”, Annie Hall” y mas tarde “Hanna y sus hermanas”, “Alice” o “La rosa púrpura de El Cairo” han conseguido hacerme creer que no estaba equivocado con este hombre en absoluto.
Circulan por la red una indeterminada cantidad de frases atribuidas a él que no se si serán todas suya pero siempre tengo presente una genial de la película “Desmontando a Harry” en la que recibe una prostituta negra en su casa y mientras la deja impresionada con unas reflexiones metafísicas muy de su estilo sobre la nada, el espacio y los agujeros negros, esta mujer harta de oír únicamente cosas que no entiende termina por decirle bajándole a la tierra: ”Cariño, un agujero negro es con lo que yo me gano la vida”.
Y además este hombre toca el clarinete. Felicidades sr. Allen.
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