martes, 18 de mayo de 2010

CONSTELACION

… de pérdida de libertad. Se levanta la sesión.

“de perdida de libertad, de perdida de libertad” repite con el mismo ritmo con el que una y otra vez, se pasa la maquinilla de afeitar por la cara. “Fíjate, que fácil seria: si la jodida cuchilla estuviera afilada, podría cortarme el cuello.” Y cuando se acerca la cuchilla a los ojos, para ver su filo de cerca, baja el volumen de la voz, como si la cuchilla pudiera oírle. “Pero no contigo. Contigo, no.” Termina por decirla.

Al otro lado de un espejo sucio, detrás de la cuchilla, esta Daniel, que muestra una cara triste, de ojos húmedos, hundidos, pómulos prominentes, labios finos, y una barba de tres días, a medio afeitar que le proporciona un aire de enfermo crónico. Se pasa los dedos por la cabeza intentando colocarse el pelo muy corto y gris. “Vaya mierda. En que te has convertido? Que fue de aquel joven con toda una vida por delante? Toda una vida para ser feliz. Donde están tus sueños? Los mataste tu, Daniel. Los mataste todos cuando disparaste aquella pistola. No te cargaste solo aquel cabrón… como se llamaba? Es igual: aquel cabrón sin nombre te robo la vida después de muerto. Dicen que algunos espíritus que terminan de forma violenta, regresan una y otra vez al mundo de los vivos hasta que se vengan. Pues aquí te espero como te llames y si te acercas lo suficiente volveré a matarte, esta vez por ladrón.

Cuando me darán otra cuchilla? Es cierto Daniel, yo tenia una magnifica vida por delante. Por que creeremos que somos dueños de nuestros sueños, de nuestro futuro?: el mañana!! Y mañana… mañana la misma cuchilla, la misma barba gris, la misma celda, la misma comida, la misma vida una y otra vez. El mismo estúpido al otro lado del espejo… la misma visita que nunca llega, el mismo patio de tres a cinco. Y la misma noche. La misma noche en vela, larga, oscura, eterna, como una infinita sucesión de cuerpos celestes muertos, una interminable constelación de estrellas sin tiempo, colgados del vacío, desde siempre. La misma noche que me ofrece una tregua por las mañanas para que deje de llorar y me levanto a coger, otra vez, esta puta cuchilla sin filo.”

Con un gesto de cansancio se quita los restos de jabón de la cara y se acerca hasta la cama donde cae abatido, mientras se abrocha mecánicamente los botones de la camisa y espera el sonido de la sirena para salir a desayunar.

Daniel, inmóvil, al otro lado del espejo, le mira con rabia y piensa que este estupido se volverá loco en poco tiempo, dejándole solo para siempre.

5 comentarios:

  1. Muy bueno, y muy angustioso. Lo que más gracia me hace es que baje la voz para que no le oiga la cuchilla.. sin es que en el fondo... no quiere dejar solo a Daniel

    ResponderEliminar
  2. cuando hablas con tu yo, eres el que eres, y el que quieres ser. y los dos a la vez. aqui el que es, quiere ser el que quiere ser y el que quiere ser, si eso llegara a ocurrir teme quedarse solo. (despues de est, prometo no vovlver a escribir mas que poesia)
    bss (vete tu a saber de quien)

    ResponderEliminar
  3. UUFF que me mareo.
    Osea que es quien quiere que sea, siendo quien quiere ser sin tener que ser lo que quieren que sea, entonces... Quien es?
    Besos

    ResponderEliminar
  4. es uno y son dos. las dos caras de la misma moneda, el ying y el yang, el bien y el mal dios y el diablo. es todo aquello que no puede existir solo en parte.
    bss (de mi parte)

    ResponderEliminar
  5. Ayy, ves, ahora lo tengo más claro, como dijo Jack el destripador "vamos por partes"
    Besos (de parte mía)

    ResponderEliminar