Estos horribles hombres que interpretan los hechos a su manera o al dictado de su miedo con el que vinieron al mundo. Yo no nací así. Yo maldigo a mi creador por no darme ese miedo. Deseo tanto sentirme igual a los demás. Oh mi dios! Si lograse acercarme a ti lo suficiente como para abrazarte con mis manos hasta matarte, quizá fuese feliz.
Sin embargo ahora debo huir de estos estupidos, de esta furia sin control que desea acabar conmigo y desmembrar así su miedo que soy yo, por ser distinto.
Pero yo no elegí nacer, ni ser distinto a todos vosotros, ni romper vuestros cuellos, ni devoraros las entrañas, ni pisaros el alma.
Ni sentirme mal por ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario