Te atreves
a mirar con mis ojos,
vestir mis ropas
sentir mis dolores
y a veces,
consigues equivocarme.
Así pues el que dormita
conduce, bebe o ama
posiblemente seas tú.
Yo debo ser el que piensa
intuye, busca y reconoce.
No lo digo con acritud pero
si alguna vez nos encontramos
cara a cara,
el uno al lado del otro,
será difícil
que vuelvas a reírte
de mí.
Y no dejare que te escondas
impunemente.
No sé, porque te crees
mejor que yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario