Que me reciba, fresca, la mañana
mientras se va vistiendo de luz
no me impresiona. De ella, lo espero.
Si alcanzo a ver al sol como
se alza sobre el horizonte disfrazado
de color naranja y se deja
ver sin entornar los ojos:
eso, eso lo reconozco.
Cuando el mar desnudo
me envía olas de juguete
y viene cariñoso hasta mis pies
para darme los buenos días,
ya antes, me había gustado.
Y si alguna vez vuelvo a verte
rodeada de sonrisas,
repartiendo las miradas
adornando las palabras
y abrazada por la tarde
Que sepas...
que ya lo he soñado.
Hace solo un instante.
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